Viaje a Asgard

Uno de los rituales era pedir ayuda a Odín, para ello se pedía a los aldeanos quien deseaba  ser el mensajero y la voz del pueblo para llevar el mensaje de ayuda.

Existía una fe tan devota que eran muchos los que solían ofrecerse para tal acto, no era necesario elegirlos sino ellos se ofrecían. Tras ello los sacerdotes o rúnicos se lo llevaban, lo lavaban perfumaban y alimentaban para el viaje. Más tarde era conducido al gran salón donde un tronco colocado de forma vertical donde en la parte superior había un extraño artefacto que sujetaba la cabeza con cuero a el. 

El hombre era atado por la frente con el cuero al palo y un sacerdote o rúnico iba girando una rueda que iba acercando un gran hierro a la nuca del desdichado. Cuando el hierro taladraba el cráneo el resto de personas rezaban y pedían ayuda a Odín. El hombre no moría del todo, el sacerdote rajaba ambos brazos de forma vertical haciendo que la sangre manara y fuera muriendo o viajando hacia Asgard para dar el mensaje. La sangre era recogida sujetando los brazos y bebida por el sacerdote principal dándose así fuerzas.