Sangre y Valhalla!!!


Funeral Vikingo

Un día murió uno de los jefes de la expedición vikinga y el embajador pudo

seguir los ritos funerarios desde su comienzo hasta su final. Para empezar

colocaron el cadáver en una tumba provisional sobre la que instalaron un tosco

tejado y allí estuvo durante diez días mientras le confeccionaban el vestuario

mortuorio.


»Si el difunto era un hombre pobre construían una rudimentaria barca en la que

le colocaban y le quemaban después. Pero si era un hombre rico, de su fortuna

hacían tres partes: una para su familia, otra para los vestidos mortuorios y

otra para preparar una bebida muy fuerte, llamada nabidh, que los deudos y

amistades del difunto bebían sin descanso hasta el día de la incineración del

cadáver.


»Cuando un gran personaje muere los familiares preguntan a sus esclavos, hombres

y mujeres, quién quiere morir con él y acompañar al difunto a ultratumba. Si

alguien dice «yo», ya no puede volverse atrás. La esclava, porque generalmente

son mujeres las que se ofrecen para el sacrificio, se ve separada de la familia

y confiada a dos jóvenes muchachas que cuidan de ella, la acompañan adondequiera

que va y la lavan cuidadosamente.


»Mientras tanto se confeccionan los vestidos que ha de llevar el cadáver y la

esclava bebe y canta continuamente sin perder la alegría.


»Cuando llegó el día en que el hombre tenía que ser incinerado y la muchacha con

él, los asistentes cogieron una barca, la colocaron sobre las arenas de la playa

y a su alrededor pusieron gran cantidad de madera.


»Sobre la barca depositaron la cama en que había dormido el difunto y la

cubrieron con colchones y almohadas de brocado. Llegó en esto una vieja, a la

que llamaban el Angel de la Muerte, encargada de arreglar todo el paramento que

se había preparado y de matar a la esclava.


»Fueron luego todos a la tumba en que habían sepultado al muerto, al que

desenterraron junto con unas botellas de nabidh, frutas y otros alimentos.

Vistieron el cadáver con pantalones, botas, una túnica y un caftán de brocado

con botones de oro y colocaron sobre su cabeza una gorra de brocado y pieles de

marta. Le llevaron a la barca, le sentaron sobre el colchón y lo sostuvieron con

cojines y almohadas. Colocaron junto a él el imprescindible nabidh, frutas,

plantas olorosas, pan, carne y cebolla. Después partieron en dos a un perro y lo

dejaron a sus pies. Mataron dos caballos a los que previamente habían hecho

correr hasta que estuvieron sudados, los cortaron a trozos con los sables y su

carne fue colocada sobre la barca; lo mismo hicieron con dos vacas, un gallo y

una gallina.


»Mientras esto sucedía la esclava que debía morir visitaba a los diversos jefes

del campamento y se unía sexualmente con ellos, que, cuando terminaban la

agradable ceremonia, le decían: «Di a tu amo que lo hemos hecho por amor a él."


»Cuando llegó el momento de la oración del viernes pusieron los hombres a la

esclava sobre una ancha tabla y la levantaron tres veces lo más arriba que

podían mientras ella pronunciaba unas palabras. Cuando terminó la ceremonia le

presentaron una gallina a la que cortó la cabeza y que fue depositada en la

barca como se había hecho con los otros animales.»


El viajero que narra esta ceremonia preguntó a un intérprete qué había dicho la

muchacha mientras la elevaban sobre la tabla. La primera vez había dicho: «He

aquí que veo a mi padre y a mi madre.» La segunda vez: «He aquí que veo sentados

a todos mis parientes muertos.» Y la tercera: «He aquí que veo a mi amo sentado

en el paraíso y el paraíso es hermoso y verde. Con él hay hombres y muchachas y

me llama. Llevadme hacia él.»



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