¿Cómo eran las armas vikingas?

Como ya sabemos, la época vikinga tuvo lugar en la Edad Media, entre los siglos VIII y XIII. No encontraremos entre las armas vikingas grandes avances respecto a las de sus coetáneos. Fundamentalmente, se trataba de armas cuerpo a cuerpo y arrojadizas.

En una sociedad medieval y peligrosa como la de los vikingos, llevar armas era casi una necesidad. Saqueos inesperados, enfrentamientos de clanes y bestias salvajes eran razones más que suficientes como para ir armado. Por eso los vikingos siempre llevaban armas encima y dormían con ellas junto a la cama, colgando en la pared.

Aunque en algunos casos los jarls o jefes vikingos pagaban el armamento de sus guerreros, normalmente los hombres libres se costeaban sus propias armas. De hecho, llevar un arma se consideraba un derecho fundamental y era un símbolo del estatus de cada habitante. Por eso encontramos armas tan decoradas a base de grabados e incrustaciones de oro, plata o piedras preciosas.

Todos los varones estaban familiarizados con el manejo de las armas desde niños. Ahora bien, la mayoría no eran guerreros profesionales, sino campesinos organizados en clanes.

En principio, las mujeres no empuñaban armas salvo casos de necesidad. Atacar a un hombre desarmado se consideraba deshonroso, y al ir desarmadas las mujeres cualquier agresión se consideraba una gran mancha en el honor. Aunque es muy inusual, se ha hallado armas en las tumbas de algunas mujeres vikingas. En las ultimas investigaciones, se ha demostrado que no era tan raro las mujeres Escuderos, encontrandose infinidad de tumbas con mujeres guerreras (a sus pies caballos sacrificados para tal fin).

El hacha vikinga

La estampa típica del vikingo siempre viene acompañada de un hacha de combate. Las hachas vikingas eran un arma barata, habitual y polivalente, ya que podía utilizarse en las labores de la granja.

Existían varios tipos de hachas vikingas:

  • Pequeñas o de una mano, que iban acompañadas de escudos.
  • Arrojadizas, que se llevaban al cinto hasta que eran lanzadas.
  • Grandes o de dos manos, unas armas devastadoras pero que conllevaban un gran riesgo de quedar desprotegido con cada golpe.

La espada vikinga

El arma predilecta, inseparable de cualquier vikingo que pudiera permitírsela. Las espadas eran forjadas con acero y se utilizaban para cortar más que para clavar. Por este motivo, la hoja estaba muy afilada a diferencia de la punta.

La mayoría de espadas eran rectas, de una hoja con doble filo y unos 90 centímetros de largo. Se llevaban en la cintura dentro de una vaina de cuero. Las espadas vikingas estaban decoradas según el poder adquisitivo de sus propietarios. Algunas de estas armas vikingas fueron célebres y tuvieron nombre propio.

Cuchillos vikingos

En caso de perder la espada durante la batalla, el cuchillo era el mejor recurso. Para muchos vikingos poco adinerados, los cuchillos eran el arma principal. En fases de combate trabado, los cuchillos y dagas permitían mayor libertad de movimiento.

Lanzas vikingas

Como todos los guerreros de su tiempo, los vikingos utilizaron las lanzas. Era un arma especialmente habitual entre los más pobres. Por un lado había venablos ligeros y diseñados para ser lanzados. Por otra parte, había lanzas más pesadas para los combates cuerpo a cuerpo y los muros de escudos.

Las puntas de las lanzas vikingas eran de muy diversas formas. Algunas contaban con lengüeta para dificultar la extracción de la carne de una víctima, mientras que otras estaban diseñadas para doblarse o romperse cuando impactaban en un objetivo. De esta manera se volvían inservibles para quienes recibieran el lanzamiento.

Pero para las lanzas pesadas era importante la presencia de crucetas que impidieran que el arma se quedara atascada en las víctimas. Resulta difícil de imaginar algo peor para un lancero que quedar desarmado en medio del campo de batalla.

Arcos vikingos

El lanzamiento de proyectiles era un recurso muy habitual en los combates vikingos. Los arcos eran el mejor recurso para salvar la distancia entre los barcos y las protecciones de los muros. Los vikingos contaban con arcos de distintas clases, como cortos y largos. En un carcaj podían caber hasta cuarenta flechas.

Curiosamente, se disparaban desde la cintura, no desde la altura de los ojos. Las puntas finas servían para atravesar cotas de malla, mientras que las puntas anchas estaban concebidas para dificultar su extracción.

No está claro que hubiera guerreros especializados en el lanzamiento de flechas. Probablemente, los vikingos disparaban con sus arcos en las primeras fases de la batalla, antes de emprender una carga con las armas blancas mediante formaciones cerradas.


De las armas vikingas... a las protecciones

No se puede tomar parte en una batalla y vivir para contarlo si no se cuenta con las debidas defensas. Aunque en el imaginario colectivo se retrate a los vikingos yendo a la batalla con el torso al descubierto, lo cierto es que estos nórdicos antiguos sí contaban con protecciones.

El casco vikingo

La cabeza es una de las partes más delicadas del cuerpo humano, y sin embargo los cascos eran piezas costosas. Por eso, muchos vikingos iban a la batalla con la testa descubierta. Los más pudientes encargaban yelmos muy simples, de forma cónica y con una tira metálica que cubría la nariz.

Eso sí, al igual que las armas vikingas, el casco era también un símbolo de ostentación. Por ello, los más adinerados grababan ornamentaciones en sus yelmos. La creencia popular de que los cascos vikingos tenían cuernos se ha demostrado absolutamente falsa.

Los escudos vikingos

Uno de los mayores símbolos de los vikingos son sus escudos redondos. El escudo vikingo era tradicionalmente circular, de un metro de diámetro y de madera con una pieza metálica en el centro para proteger la empuñadura. Algunos estaban pintados con los colores del respectivo clan de su portador.

Hacia el siglo X empezó a utilizarse otro diseño de escudo, con forma de cometa: ancho y curvado en su parte superior y acabado en pico en su parte inferior.



La armadura vikinga

La cota de malla era una prenda costosa y de elaborada fabricacion. Por este motivo, sólo los más ricos podían permitirse esta protección. Así lo atestiguan los restos encontrados en tumbas. Pesaban entre 10 y 12 kilos, lo que contradecía con el estilo de lucha de los vikingos. Para reducir su peso, muchas no contaban con mangas y llegaban sólo hasta las rodillas.

En consecuencia, la mayoría de guerreros utilizaba petos de piel o cuero. Más baratos y ligeros que las cotas de malla, eran la protección habitual.

Armas vikingas de asedio

A medida que pasaron los años, los vikingos se atrevieron a atacar ciudades mas grandes y mejor guarnecidas. Superar las altas murallas de París y otras ciudades requerían de armas de asedio, y los vikingos las utilizaron.

Las crónicas describen cómo los hombres del norte utilizaron catapultas, balistas y torres de asedio. Eran los limitados métodos tradicionales para intentar doblegar las fortificaciones más inexpugnables durante la Alta Edad Media


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